La isla Martín García una de las islas más hermosas del Delta, -conocida por la mayor parte de los argentinos sólo por referencia- está estratégicamente ubicada en el Río de la Plata, sobre la desembocadura del arenoso río Uruguay. Si bien pertenece a la República Argentina, se encuentra más cerca del país limítrofe (distante a sólo 3,5 kilómetros de la República Oriental del Uruguay) que del nuestro, del que la separan casi 35 kilómetros (Puerto del Tigre).
La isla, a diferencia del resto de las islas del Delta, es un desprendimiento rocoso del plegamiento precámbrico del macizo de Brasilia y tiene 1.800 millones de años. Distinto es el origen del resto de las islas del delta, que se forman por acumulación de sedimentos provenientes de los ríos Paraná y Uruguay.
Posee una superficie de 168 hectáreas y su expansión anual es de 30 a 50 centímetros. Tiene una altura de 27 metros sobre el nivel del mar y es lo suficientemente húmeda para albergar una vegetación extraordinaria: allí se encuentran selvas en galería y la típica flora y fauna del delta, el último coletazo de la selva misionera.
La isla siempre estuvo en el mismo lugar, inmutable. Pero, a diferencia de las sólo 3 horas que hoy la separan de la ciudad de Buenos Aires, años atrás, llegar hasta allí no era cuestión de horas sino de días, y de varios días.
la época de la colonia, el lugar era ideal para albergar a los presos más peligrosos de la ciudad de Buenos Aires, como así también de la vecina Montevideo. Nadie podía escapar de ella, ya que allí el Río de la Plata se vuelve bravo, intolerante y anchísimo, y el Uruguay desagua con tanta fuerza que es imposible cruzarlo a nado. Quizás por ello, el antiguo penal fue en lo primero que se pensaba cuando se nombraba a la isla en esa época.
Los presos trabajaban en las canteras de granito (hoy inundadas por una hermosa laguna llena de plantas acuáticas) y volcaban la producción de adoquines en grandes carros que, mediante un sistema de rieles, llegaban hasta el muelle de la isla donde las piedras eran cargadas en los barcos.
Estos primeros “adoquines” dieron origen a las calles de lo que hoy se denomina el casco histórico de la ciudad de Buenos Aires, sobre todo la calle Defensa, que fue la primera en comunicar el puerto de Buenos Aires con la Plaza de Mayo o la Plaza del Mercado, como se la conocía entonces.
Visita a la isla Martín García
Pero no sólo presos comunes albergó la isla. El lugar fue pensado a lo largo de la historia como ideal para mantener incomunicados a distintos líderes políticos.
estos, aparecen Hipólito Irigoyen (quien estuvo en la isla en dos oportunidades), Marcelo T. de Alvear (quien llegó con su mujer, su médico personal y toda su comitiva, además de llevar su inodoro personal de porcelana pintado, que hoy se exhibe en el museo de la isla), Arturo Frondizi y Juan Domingo Perón, creador del Movimiento Nacional Justicialista (conocido luego como Peronismo).
de la política argentina, Martín García fue testigo de numerosos combates. Vio pasar las flotas anglo francesas. Demoró a los tripulantes del acorazado Graff Spee. Observó huir al Almirante Brown hacia Montevideo para luego verlo invitar a las tropas españolas a hundirse en los Bajos del Temor. Funcionó como lazareto y puerto de cuarentena con las epidemias de cólera y fiebre amarilla que se registraron en Buenos Aires y Montevideo. Vio caminar por sus calles al poeta Rubén Dario, entre tantos otros hechos notables.
Desde el año 1973, se declaró a la isla de jurisdicción Argentina y fue recién con la vuelta de la democracia en el año 1983 que fue declarada Monumento Histórico Nacional y Reserva de Flora y Fauna. De esta manera, pasó a explotarse como un atractivo turístico que vale la pena visitar. (welcomeuruguay.com)
Mi hija Yenny |
El Río de la Plata en navegación |
El interior de la nave |
Llegada al puerto de la isla |
La guía de la excursión |
La única panadería de la isla donde se elabora el excelente y famoso Pan Dulce (Pannetone) Atrás sobre las mesas se observa el producto que acaba de hornearse |
El horno de la panadería |
El frente de la panadería |
De regreso en El Tigre |